Cuando miras [algo] te das cuenta de que hay dos cosas. Por ejemplo, ahora mismo, si yo miro un objeto, está el ojo, o mejor dicho, la conciencia que ve a través del ojo, y el objeto que veo. Hay dos cosas, está claro, ¿no? Pero, si cuando miro, veo solo espacio o veo que no hay nada, (que es lo mismo), solo queda la consciencia, solo queda uno.
Mirar y ver “algo” significa que hay dos, y eso es ordinario. Es lo que se llama conocimiento relativo. Pero si miro y no veo nada, solo permanece la visión, no el ojo, solo la visión. Es decir, la consciencia que percibe se queda sola ¿entendéis? Eso es como cuando el sol irradia luz en el espacio y no se ve nada. Esto no quiere decir que no hay luz, no hay luz visible, pero si hay luz, ¿entendéis? La luz visible se manifiesta sólo cuando el sol golpea un objeto. Lo que tenemos que descubrir es cómo es la percepción de nuestra mente cuando no hay un objeto que ver; y claro, eso está en un ámbito superior a lo que mi mente puede decir o describir que es. Porque se supone que cuando la consciencia que percibe está sola, tampoco hay pensamientos, ya que si hay pensamientos otra vez hay dos: tú y los pensamientos que ves. En ese caso, tu luz [tu conciencia] que lo penetra todo choca con el pensamiento, y entonces la experiencia de tu luz se limita, se vuelve muy real. Pero en ese momento no estás viendo su esencia. Cuando no hay nada con lo que tu luz choque, lo que ocurre es que la esencia de la luz se revela, y eso se llama sabiduría. Eso no es conocimiento ordinario, eso es sabiduría. Por eso, cuando meditamos, tenemos que dejar que la luz de nuestra percepción se abra y no toque nada. Si no toca nada, y seguimos meditando y nos mantenemos en ese estado, en un estado donde no hay tiempo, tarde o temprano ocurre la revelación de la esencia de nuestra propia luz, y eso se llama sabiduría innata, ¿lo entendéis?
Entonces, lo primero que debes hacer es reconocer la luz de tu mente, y dejarla abierta sin que toque nada. Cada vez que tocas algo, lo que ves son las cualidades limitadas de ese algo, y eso limita tu conocimiento. Pero cuando no toca nada, entras en lo que se llama, la no dualidad. Esto en sanscrito se llama Nirguna, la no dualidad. Y entrar en la no dualidad, es entrar en el vacío. Es entonces cuando, al darse la fusión del vacío (la no dualidad) con la luz, se revela la sabiduría.