La enseñanza es lo que hace mella. Lo entendéis, ¿no? Es lo que rompe la costra. Oírla una y otra vez es como darte golpes con la cabeza en la pared, llega un momento que la cabeza se rompe y supura. La enseñanza es así. Ese es el poder de la enseñanza. Tardará un mes, un año, o diez años, pero mella. Los budas sabían lo que tenían que hacer para poder hacer que los seres entraran en el camino y en la enseñanza.

Lo primero siempre, a la hora de actuar, es la motivación. Aplicar la correcta motivación en vuestra vida cotidiana, es lo que va a determinar el fruto, es decir, vuestra experiencia. Y hay que entender muy bien qué quiere decir la “correcta motivación”.
Si por ejemplo, una persona decidiese ser muy caritativo con los demás, muy generoso, proporcionar a la gente comida, dinero, ropa, medicina, protección, cobijo, incluso estudios, etc, pero su motivación es la de simplemente “porque este es mi trabajo” o “porque estoy ganando dinero con este trabajo en esta asociación o en esta ONG”, eso es considerado una motivación impura. Incluso si simplemente es “porque eso me hace sentir bien”, también es una motivación egoísta. Una motivación incorrecta también es por hacerlo por la organización, es decir, “porque trabajo ahí, este es mi trabajo, me siento cómodo, esto va a ser durante seis meses…” Todo eso, a veces creemos que es muy altruista, pero en realidad no lo es. También puede estar motivado por otras cosas peores como simplemente ser reconocido por los demás, para que te traten bien y que luego te puedas posicionar mejor dentro de otro tipo de organización.
Por supuesto que hay niveles de pureza en la motivación. Las hay más impuras todavía y las hay también puras, muy puras, y realmente extraordinarias. Pero cuando digo que la motivación es lo que determina la meta, me refiero a que determina el fruto de lo que tú vas a conseguir. Realmente lo que se te va a devolver depende de tu motivación, no depende del acto, entonces es importante que lo entendamos. Nosotros, como seres ordinarios, damos mucha más importancia al acto que a la motivación. En el mundo externo se da mucha más importancia al acto que a la motivación, pero cuando los Budas examinaron el efecto kármico de lo que implica un acto con una motivación o con otra, se dieron cuenta de que la importancia no está en el acto, está en la motivación. El acto puede ser diminuto, minúsculo, insignificante, pero cuando la motivación es muy pura, muy altruista (donde realmente se pone toda la energía en el beneficio de los demás, más que en el de uno mismo porque no se busca beneficio propio), entonces los Budas se han dado cuenta de que el beneficio [que aporta] es extraordinario.
Nosotros no lo podemos ver porque no vemos la ley kármica [en toda su amplitud] y este es uno de los problemas de los seres sintientes y de los seres humanos en general, ordinarios. (Cuando me refiero a ordinario nunca interpretarlo como algo despectivo, ordinario simplemente quiere decir “persona no entrenada, una persona que todavía no ha sacado a relucir su potencial, no ha despertado su potencial total”. Eso es lo que se llama un ser ordinario. Tiene el potencial, tiene la materia prima, pero todavía no ha despertado todo su potencial, por lo tanto, se llama ordinario. Está sujeto a todo lo ordinario, a circunstancias ordinarias, a pensamientos ordinarios, a emociones ordinarias, a sensaciones ordinarias, a actos ordinarios, a motivaciones ordinarias, conocimiento ordinario, todo es ordinario.)
Nosotros, no podemos examinar el karma de la manera en que lo hacen los Budas. Es algo difícil, porque a veces son muchos los karmas que producen un fruto o los que determinan el efecto de un fruto y el efecto de una experiencia. No podemos llegar a medir los detalles que produce cada karma. Podemos entenderlo en un nivel, por supuesto, pero no lo podemos entender en todos los niveles como los Budas. Por eso hay un acto de fe y de confianza en el conocimiento del Buda y en su palabra, que todos los practicantes tienen que tener, porque si no, no podrían avanzar en su camino. Si nosotros, por no ver una causa, no creemos en el Buda, quiere decir que no podemos avanzar correctamente. Hay una parte que depende de nosotros y hay una parte que depende de la fe en la enseñanza y en lo que otros ven que nosotros no vemos. Eso tenemos que entenderlo, porque si no, se torna de una dificultad que nos sería muy difícil avanzar.
